jueves, 30 de diciembre de 2010

Hi, Señor Clemente...


Roberto Clemente nació en el año 1934 en Carolina, Puerto Rico. Hijo de Melchor Clemente y de Luisa Walker, Roberto tuvo 6 hermanos mayores. Desde joven, Clemente practicó atletismo, dedicándose en especial a las carreras de distancias cortas y las jabalinas. Sin embargo, fue el béisbol el que despertó su verdadero interés, y tras secundaria, ingresó en el equipo Cangrejos de Santaruce, donde despertó el interés de los cazatalentos.

El 22 de noviembre de 1954, Clemente ingresó en el Pittsburg Pirates firmando un bono de US$ 4 mil dólares. Previo a esto, había firmado por US$ 10 mil con los Brooklyn Dodgers, pero por una ley vigente a esa época, que decía que lo jugadores cuyo bono fuera superior a los 4 mil debería pertenecer a las grandes ligas, fue que terminó en el Pirates.

Durante sus primeros 5 años en los Pittsburg (que no era un buen equipo por entonces), Clemente tuvo una excelente participación aunque su promedio de bateo fue un tanto bajo.

Ya en 1960, los Pirates llegaron a la Serie Mundial, donde derrotaron a los New York Yakees en 7 juegos, y gracias a su excelente desempeño en esta temporada, Clemente alcanzó un promedio de bateo de .310. Con el tiempo, Roberto dejó bien asentada su excelente calidad como jugador, convirtiéndose incluso en uno de los mejores de la década del 60.


Su mejor promedio de bateo fue de .357 (durante la temporada de 1967), y al concluir su carrera en 1972, alcanzó un total de 3000 hits, un record que pocos jugadores alcanzaron en la historia del béisbol.

La defensiva fue uno de sus mejores aspectos, pues logró magníficas atrapadas, y eso sumado a sus excelentes asistencias, hicieron que fuera considerado varias veces como el mejor en su posición históricamente.

A pesar de todo, el puertorriqueño no tuvo mucha atención mediática hasta que en 1971, tras alcanzar una vez más la Serie Mundial junto a su equipo, en la que se enfrentaron a los Baltimore Orioles, el jugador logró un promedio de .414 a la ofensiva lo que le valió el premio al Jugador Más Valioso de ese año.

No fue menos notable que su desempeño la calidad humana de este jugador, pues en los inicios de su carrera, debió hospedarse, viajar y comer en lugares específicos para gente de su color de piel, además de que los medios de comunicación no lo tomaron en cuenta por ser latinoamericano.
Esta segregación racial quedó demostrada además porque, a pesar de que según la opinión de muchos su juego tenía un nivel “cercano a la perfección”, solo en una temporada logró el premio al Jugador Más Valioso.

Incluso, orgulloso de su origen y ferviente luchador en pos de la igualdad para el trato de los latinoamericanos, en una ocasión dijo: “Mi gran satisfacción proviene de ayudar a borrar opiniones gastadas acerca de los latinoamericanos y los afroamericanos”.

Clemente se dedicó en su tiempo libre a enseñar béisbol a los jóvenes de su país, además de jugar en Puerto Rico durante la liga invernal.

Tras un terremoto ocurrido en 1972 en Managua, el jugador en persona viajó con un cargamento de ayuda para socorrer a los necesitados. El avión que tomó el beisbolista, cayó en el mar, y no hubo sobrevivientes de la tragedia. El cuerpo de Clemente nunca fue recuperado, pero anecdóticamente, su esposa contó tiempo después a la prensa que, tras insistirle al jugador para que no viajase, este respondió “Si vas a morir, morirás”.

Tras su muerte, en 1973, Roberto Clemente fue incluido en el Salón de la Fama del Béisbol, hecho que lo convirtió en el primer latinoamericano en integrarse en el mismo, a pesar de que, por regla general, los jugadores ingresaban en el mismo tras 5 años de su retiro o de su muerte.

En honor al jugador, considerado actualmente como uno de los mejores jardineros derechos de la historia, se creó el “Premio Roberto Clemente”, para reconocer a aquellos que se destacaran en el deporte y en su ayuda a la comunidad.

Además, Clemente, ganador de 12 “Guantes de Oro” y 4 títulos individuales, fue nombrado Atleta del Siglo en su país, y desde 2002, las grandes ligas declararon “Día de Roberto Clemente” al 18 de septiembre.

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